miércoles, 28 de abril de 2010

En algún lugar de mi...


Aún sigo en aquel lugar, continuo escuchando ese sonido, el de las olas al golpear contra la orilla, el tiempo ha pasado rápido, no me he dado cuenta de que está anocheciendo, me fijo y a lo lejos veo un hermosa puesta de sol, afortunado de poder verla en todo su esplendor, no continuo mi camino, decido pasar ahí la noche, recordando esa linda imagen que ha capturado mis ojos de esa puesta de sol.

Me levanto dirigiéndome hacia el agua, me quedo en la orilla observando, mis pies en remojo con la ayuda de la luz de la luna, poco a poco me voy incorporando en el agua, me adentro cada vez más despacio hacia el fondo, empiezo a nadar, pero no se a donde, solo quiero ir hacia ella, intento ir cada vez más rápido, me siento frustrado, no consigo alcanzarla, siento que mi cuerpo cada vez es más pesado, no puedo seguir, pero mi corazón y mi mente no asume que no pueda más y no se rinde, sigue y sigue sin parar, notando cada vez más el cansancio, la frustración se convierte en desesperación, sigo sin poder parar, no me lo puedo permitir, tengo que llegar hasta ella, no la puedo dejar escapar, de pronto me doy cuenta de que estoy cayendo en lo más profundo, y me pregunto: ¿Será este mi final?, sigo cayendo pero mantengo mi mirada en ella, sin cerrar los ojos, aunque el aire me falte no puedo apartar la vista de ella, llego en un momento donde todo es oscuridad, y despierto.

1 comentario:

  1. Esa última parte de ''y despierto'' me dejó conmocionado. Gran trabajo.

    ResponderEliminar